La glomalina, sustancia insoluble producida por los HMA, es un componente abundante de la materia orgánica del suelo y ha sido estrechamente relacionada con la estabilidad de agregados; actúa como agente cementante uniendo las partículas del suelo. Aunque se ha creído que los HMA generalmente son más efectivos en la estabilización de los agregados que otros microorganismos del suelo, muchos estudios han concluido que su contribución primaria a la agregación es a través del enrejado de hifas, uniendo las partículas del suelo. Las hifas se extienden a través del suelo, su adhesión a la superficie de las partículas resulta en un enrejado físico y la formación de agregados del suelo. Muchos describen el enrejado hifal como una contribución efímera a la estabilidad de los agregados. Otros sugieren que la estabilización de los agregados depende principalmente de microorganismos, debido al efecto combinado del enrejado de las partículas del suelo por las hifas de los HMA y actinomicetos, y la exudación de biopolímeros cementantes, especialmente polisacáridos. De acuerdo con esto, se ha postulado que el enrejado de hifas puede ser subestimado y la contribución fúngica, mediada por polisacáridos, puede jugar un papel primario en la estabilización de los macro agregados.
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Figura 1. La estabilidad estructural del suelo es fundamental para lograr una adecuada conducción vertical del agua, conducción de gases, deformación |