Aunque la mayoría de los cultivos responden a la salinidad como una función del potencial osmótico total, hay otros que son susceptibles a ciertos iones en forma específica (efecto tóxico), lo cual difiere de la salinidad, ya que su efecto es en el interior de la planta misma y no se debe a un déficit de agua. Los iones tóxicos más comunes en las aguas de riego son Cl, Na y B. En menor medida se presentan toxicidades por Mg, Li, SO4, elementos traza, residuos de pesticidas y contaminantes provenientes de desechos industriales.
La alcalinidad del agua es también conocida como capacidad buffer del agua. En general, la alcalinidad del agua se debe a los contenidos de carbonatos y bicarbonatos en solución, los cuales son muy comunes en las aguas subterráneas. Cuando se riegan cultivos con aguas de estas características se tienen efectos negativos, por ello es importante saber que significa la alcalinidad del agua y saber decidir cuándo es necesario un tratamiento.
Actualmente son tres los sistemas de inyección más comunes: 1) Inyección por aparato Venturi, 2) Inyección por presión diferencial, y 3) Inyección por presión positiva. La inyección por aparato Venturi es uno de los más utilizados y su funcionamiento se basa en el efecto Venturi, que consiste en producir una disminución drástica de la presión que ejerce un líquido al fluir por una sección más angosta de la tubería. Esta depresión resulta suficiente para succionar la solución nutritiva desde un depósito abierto hasta dicho flujo.
En las últimas décadas se ha incrementado la superficie de riego por goteo, es visible que en la gran mayoría de los sistemas instalados carecen de asesoría técnica para su buen funcionamiento y su mantenimiento, existen sistemas que no funcionan de acuerdo a su diseño, que fueron abandonados porque no dieron los resultados esperados. El éxito de los sistemas de riego por goteo inicia con un buen diseño acorde a las condiciones del clima, agua, suelo y el cultivo que se va a establecer, seguido por un buen programa de prevención y mantenimiento.
El riego por goteo es el sistema de mayor eficiencia disponible en el mercado, sin embargo, aun cuando alcanza eficiencias teóricas superiores al 90 %, en la práctica puede disminuir sustancialmente cuando el sistema está mal diseñado, operado y con un programa de mantenimiento inadecuado.
El cabezal de riego es un conjunto de equipos que tiene la finalidad de filtrar, tratar, medir y suministrar agua a la red de distribución del sistema de riego. El mantenimiento del cabezal de riego es necesario para que la duración de sus componentes sea la máxima posible y para que la uniformidad del agua aplicada no disminuya con el paso del tiempo, es decir, el mantenimiento es anticiparse a fallas del sistema y evitar reducciones en la eficiencia del equipo.
La innovación y la adopción de modernas tecnologías son necesarias para incrementar la productividad de un cultivo. Como bien se sabe, los rendimientos de un cultivo de maíz en temporal o bajo riego por gravedad por lo general son de bajos a medios, además de que en el segundo caso, más de la mitad del agua se pierde por evaporación o percolación.
La quimigación es la aplicación de plaguicidas (fungicidas, herbicidas, insecticidas, nematicidas) en el agua de riego. Es una técnica eficiente y económica ya que permite la incorporación inmediata del químico. Puede ser efectuada utilizando sistemas de riego por goteo, microaspersión, inundación, surcos y aspersión.
Conocer los requerimientos de agua del cultivo es indispensable para realizar una planificación correcta del riego y mejorar la eficiencia de uso del agua, suministrando al cultivo la cantidad de agua suficiente para satisfacer plenamente sus necesidades. Uno de los parámetros más importantes es la evapotranspiración (ET), que se define como la pérdida de agua del suelo por dos procesos distintos: a) evaporación del agua contenida en el suelo y b) transpiración del agua contenida en las plantas. Ambos procesos ocurren simultáneamente.
La eficiencia del uso de agua (EUA), se define por la relación entre los gramos de agua transpirados por un cultivo y los gramos de materia seca producidos. Las especies más eficientes en el uso de agua producen más materia seca por gramo de agua transpirado. Es de destacar que los cultivos difieren en su capacidad para extraer agua, de acuerdo a su metabolismo, la arquitectura de sus hojas, y el momento del ciclo de crecimiento considerado.