En los establos lecheros se requiere conocimiento y experiencia para tener un manejo adecuado de las vacas gestantes, disminuyendo los problemas al parto para mejorar la producción. Es importante reconocer los signos característicos que muestra la vaca en los días previos al parto, como: el abdomen en forma de pera, inquietud, la glándula mamaria agrandada y edematizada. Si logramos identificarlo a tiempo, se pueden tomar medidas profilácticas para cuidar la inversión que se ha realizado a lo largo de los más de 9 meses de gestación.
Las patología podales constituyen la tercera causa de descarte de vacas en explotaciones lecheras, después de las enfermedades reproductivas y la mastitis. Una inadecuada nutrición, deficiencias en el manejo animal y factores genéticos aceleran los daños en las pezuñas de los bovinos.
Uno de los requisitos más importantes para obtener leche apta para el consumo humano es contar con instalaciones adecuadas para el ordeño, siendo las más comunes, los sistemas de ordeño automáticos y son aceptables en términos de bienestar de la vaca lechera.
La demanda interna del cerdo en el país aumenta a un ritmo considerable y es necesario el conocimiento de tratamientos y prevención de enfermedades que se presentan en la gestación y al parto para lograr una mejor prolificidad y en consecuencia un mayor número de lechones nacidos vivos y alcanzar un buen índice de lechones destetados.
Los partos distócicos es una problemática común en establos lecheros y representan un riesgo para la madre como para la cría. Existen maniobras obstétricas y técnicas quirúrgicas para corregir las distocias y llevar un mejor manejo reproductivo en el hato.
El sistema inmunológico del becerro al nacimiento no está completamente desarrollado, lo cual lo hace más susceptible a agentes patógenos después del parto. El síndrome diarreico neonatal provoca muertes y es considerado como la principal causa de pérdidas en los becerros. Debido a esto se sugieren medidas de prevención tales como la ingesta de calostro en las primeras horas de vida, buenas prácticas de manejo y vacunación de vacas y vaquillas gestantes.
Los principios básicos para el control y prevención de las enfermedades infecciosas se basan en medidas de higiene y bioseguridad. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para la protección en la avicultura moderna contra patologías. Es de suma importancia llevar a cabo un programa de vacunación basado en las características de la explotación y una correcta aplicación de las vacunas ya que de éste dependerá el éxito de la producción por ciclo.
Los lechones nacen con escasas reservas de hierro con lo que apenas cubre las necesidades para los 2 o 3 primeros días de vida y por lo tanto, es necesario administrar un aporte adicional con el objetivo de prevenir anemias que pueden causar baja productividad y verse reflejadas en pérdidas.
El Síndrome Ascítico es una alteración fisiológica en el grosor de las capas del corazón debido a la acumulación de líquido en cavidad abdominal. En general se puede considerar como una manifestación de insuficiencia cardiaca congestiva derecha, provocando hipertensión hidrostática venosa generalizada o una hipertrofia cardiaca derecha. Existen muchos factores predisponentes para causar el síndrome ascítico; estos pueden ser genéticos, alimenticios y climáticos, incluidos la ventilación de la granja y su temperatura. Este problema aumentó debido a su rápido crecimiento y corta de edad para que las aves puedan lograr su meta productiva. Como resultado se presenta el síndrome.
La bioseguridad es una de las claves para lograr una mejor rentabilidad de la explotación porcina ya que ayuda a mantener el estado sanitario de la granja, mediante la prevención del ingreso y la diseminación de nuevas enfermedades que pueden ser introducidas y transmitidas de forma directa y/o indirecta. El empleo de normas de bioseguridad en las producciones porcinas tienen impacto en el estado sanitario y en sus niveles productivos.