El maíz y en general los cereales no proporcionan una fuente de proteínas nutricionalmente equilibrada para el humano. Lo anterior se debe a que las principales proteínas de almacenamiento del maíz conocidas como prolaminas o zeína, carecen de aminoácidos esenciales (lisina y triptófano) para la nutrición humana.
La diabrótica, conocida en su fase larval como gusano alfilerillo, daña principalmente el sistema radical del maíz. La importancia de esta plaga en el cultivo de maíz es tal, que se han calculado reducciones en el rendimiento de entre 1 a 2.5 toneladas, lo cual en muchas regiones llega a representar el 70 % de la producción.
El cultivo de la soya es uno de los más expandidos a nivel mundial recientemente, tomando importancia en muchos países que hace medio siglo no lo conocían o se cultivaba en un área incipiente, como el caso de Argentina. Este último, Estados Unidos y Brasil en conjunto aportan más del 80 % del área sembrada y el 70 % de la producción mundial.
El principal objetivo de la siembra de maíz es proveer a la semilla de condiciones adecuadas para una rápida germinación y un crecimiento vigoroso. Colocar la semilla a la profundidad correcta es muy importante para lograr un excelente contacto suelo-semilla, además de tener temperatura y humedad óptima. Lo anterior permitirá una emergencia uniforme y vigor para todas las plantas.
Por la abundancia del potasio en el suelo se pensaría que no es un factor limitante para producir, pero desgraciadamente de la cantidad total de potasio en los suelos sólo una pequeña parte está disponible o potencialmente aprovechable para las plantas. Al igual que el resto de los nutrientes, para tener una orientación robusta a cerca de la fertilización potásica es necesario saber el contenido de este nutriente en el suelo. En base a los resultados del análisis de suelo se puede decidir entre aumentar, mantener o reducir la dosis de fertilización. El fertilizante más económico para aportar potasio a los cultivos es el cloruro de potasio (KCl) y es altamente soluble.
Una de las preguntas más comunes que se hacen los productores de maíz es: ¿Qué híbrido voy a comprar? Pues lo primero que debemos saber es que ¡los híbridos perfectos no existen!; por esta razón es que el mercado de semillas tiene gran diversidad y oferta varietal. Tan sólo en México existen al menos 67 empresas semilleras y más de 380 híbridos de maíz. Frente a esta oferta el productor deberá hacer una correcta elección del híbrido a sembrar.
La posibilidad de incrementar rendimientos en las gramíneas con el aumento en la tasa de fotosíntesis es considerada frecuentemente, ya que la producción de materia seca está relacionada directamente con este proceso. En cereales como trigo, cebada y avena, la fotosíntesis de la hoja bandera tiene un papel primordial en el rendimiento de grano, pues es la principal fuente de fotosintatos durante la etapa de llenado de grano.
Ustilago maydis (DC) Corda es el nombre científico del hongo causante de la enfermedad conocida comúnmente como “huitlacoche” o carbón común. Es un patógeno que parasita al cultivo del maíz (Zea mays), ya que infecta a los granos del elote formando tumores o agallas de color gris; el interior de estas estructuras es de color oscuro debido a la presencia de esporas negras.
Las estrobilurinas además del efecto fungicida, también promueven alteraciones fisiológicas en varios cultivos, que influyen positivamente en el rendimiento de los granos. El efecto de “enverdecimiento" o "planta saludable” está asociado con la aplicación de fungicidas a base de estrobilurinas. Los estudios recientes sobre las acciones de estos compuestos en el cultivo de maíz, se han centrado principalmente en los efectos de regulación de fitohormonas, especialmente en el retraso del proceso de senescencia.
La calidad nutrimental del forraje está relacionada directamente con parámetros, como el contenido de grano y digestibilidad de materia seca (MS), reflejada en el valor energético. Los componentes vegetales del forraje son: hoja, tallo, olote y grano; este último tiene un mayor valor energético (2.04 Mcal/kg MS) mientras que el conjunto de los demás componentes tienen un contenido energético de 1.16 Mcal/kg MS, lo que nos indica que el componente principal que determina la calidad del forraje es el grano, adquiriendo importancia en lograr aumentar el contenido de granos por mazorca.