Hoy en día se sabe que el chile (Capsicum annuum L.) es una planta que tiene importantes atributos como repelentes de algunas plagas agrícolas, especialmente por la sustancia conocida como capsicina o capsaicina que contiene, por lo que en la actualidad existen lugares donde se utiliza como “repelente” o “excitante” y en sinergia con insecticidas químicos.
Los requisitos para que se logre una buena aplicación de plaguicidas son que sea eficiente, controlada y uniforme; así se minimiza el impacto posible al ambiente, se evitan riegos de una mala aplicación, se ahorra agua, se pierde menos producto químico y se logra de mejor manera el objetivo del control químico.
La mayoría de los nematodos fitoparásitos son habitantes del suelo y su control químico con frecuencia resulta errático. La técnica de aplicación más utilizada al momento de la siembra son las sembradoras fertilizadoras y/o las voleadoras mecánicas que incorporan la mezcla física de las formulaciones granulares del insecticida-nematicida con los fertilizantes. Existen otras técnicas por medio de las cuales un nematicida se puede poner en contacto con los nematodos para proteger la zona radicular de las plantas.
La presencia de plagas y enfermedades es uno de los factores que merman la productividad y calidad de los cultivos. Datos de la FAO sugieren que puede haber más de un 50% de pérdidas si estás no se controlan oportunamente. En búsqueda de nuevas alternativas que coadyuven a su control se ha retomado el uso de sustancias químicas naturales y microorganismos, los cuales forman parte del manejo biorracional.
Definido como el período durante el cual las malezas deben ser controladas para prevenir perdidas en el rendimiento. Es un lapso de tiempo en el que el desmalezado presenta el mayor retorno económico, por lo cual es donde deben enfocar los mayores esfuerzos de control.
Cada grupo de virus tiene su vector específico y no hay posibilidades de que un determinado vector adquiera el virus transmitido por otro vector. Los virus de transmisión por mosca blanca no pueden ser transmitidos por áfidos o thrips y viceversa. Los virus no se pueden curar, deben prevenirse.
Los virus no pueden ser llamados organismos vivos porque no tienen órganos, por lo que utilizan los puntos de crecimiento o la formación de nuevos tejidos del hospedero que ataca para reproducirse. Por eso, los síntomas visuales producidos son notorios, generalmente, en todo tejido nuevo producido después de la infección por el virus, es decir, en los brotes terminales, y los síntomas no desaparecen después de la infección.
Es una enfermedad distribuida por todo el mundo y que es causada por un agente viral llamado OYDV (Onion yellow dwarf virus). Causa reducciones en el rendimiento del ajo de un 27 a 35 % llegando incluso al 70 %, dependiendo de las condiciones del cultivo. En cebolla puede llegar a reducirlo hasta en un 60 %.
Conocido también como pulgón gris de las crucíferas o pulgón de la col, es un áfido cosmopolita que se caracteriza por tener una capa cerosa de color gris que lo cubre. Es una plaga de importancia para la producción de brócoli y la col o repollo, principalmente.
A diferencia de otros patógenos vegetales, el manejo de las enfermedades virales, basados en métodos directos, como el uso de viricidas para su control, no se han desarrollado a la fecha, por lo tanto, las enfermedades virales se combaten con estrategias indirectas, como el combate al insecto vector, eliminación las plantas enfermas, evitar la siembra de semillas infectadas.